Objetivos

El Instituto de Marxista de Economía – IME tiene como fines:

Promover el conocimiento científico de los problemas de la economía capitalista mundial en la actualidad, a la luz del método marxista que constituye la culminación de la mejor tradición teórica del pensamiento económico.

Divulgar dicho conocimiento, tanto de forma directa desde el Instituto como a través de colaboraciones con cuantas organizaciones académicas y de otra índole compartan nuestro objeto de atención y método de análisis

Todo ello partiendo de los siguientes considerandos:

Que la humanidad se enfrenta a graves problemas sociales en la actualidad, directamente vinculados a las leyes que rigen el proceso de acumulación capitalista y todas las contradicciones que provoca éste, cada vez más agudas, mostrando inequívocamente sus límites históricos.

Que el método de análisis y las distintas teorías económicas que emanan de la sociedad capitalista y son defensoras de ella, se encuentran incapacitadas para explicar científicamente dichos problemas.

Que la necesidad de comprensión científica de los problemas actuales y la actuación decidida para su resolución, sólo es abordable efectivamente desde un instrumento de la potencia analítica y política del marxismo, habida cuenta de la gravedad de la situación, en la que incluso en las sociedades más avanzadas históricamente se asiste a procesos sistemáticos de destrucción económica, regresión social y cuestionamiento de los derechos democráticos, todo ello plasmado no ya en una pauperización relativa de la clase trabajadora, sino incluso en su empobrecimiento absoluto.

Que los programas educativos oficiales, desde la primaria hasta la universidad, no incluyen prácticamente nunca el estudio del marxismo y que incluso cuando excepcionalmente sí se aborda, suele ser de forma testimonial, además de manipulada y caricaturesca. Este hecho provoca, incluso en un terreno puramente cultural, una orfandad para las sucesivas generaciones que se convierte en particularmente grave en el ámbito universitario. Así, la universidad se reduce al respecto, las más de las veces, a un mero centro de producción y reproducción del pensamiento dominante, que excluye cualquier forma de pensamiento radicalmente crítico (para lo que no pocas veces cuenta con la colaboración de una suerte de inofensivo e inane pensamiento supuestamente crítico de acompañamiento, típicamente ecléctico).

Que el marxismo no es una teoría económica más, orientada a una supuesta mejor gestión de la acumulación capitalista, ni puede serlo, ni es compatible con ningún planteamiento teórico o político con dicha orientación.

Que el marxismo no es un tipo de sociedad supuestamente definido por el propio Marx y que, por tanto, no se puede hablar de economías marxistas para referirse a ninguna experiencia histórica, porque el marxismo no tiene nada de dogma ni de recetario

Que pese a la defensa durante décadas de un supuesto “marxismo oficial” vinculado a la dirección de la Unión Soviética desde finales de los años veinte (reconocido como tal por importantes sectores de la clase burguesa), resulta fraudulenta cualquier pretensión de identificar con el marxismo los procesos desarrollados históricamente allí y en los demás regímenes análogos de Europa del este y otras regiones, incluida China hasta hoy mismo.

Que en el plano del análisis económico, el marxismo supone la culminación de la mejor tradición histórica del pensamiento. Culminación que, desde una crítica de la economía política basada en la concepción materialista del mundo y un modo dialéctico de pensar, formula las leyes de la acumulación capitalista. Esta formulación parte de la ley del valor, verdadero regulador del capitalismo, y concluye en la ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia, único marco teórico capaz de comprender la huída hacia delante en la que se halla el proceso de acumulación capitalista, como resultado de su carácter no ya contradictorio sino crecientemente contradictorio.

Que el marxismo constituye un método general de análisis y un instrumento para la acción, que plantea un análisis global de los acontecimientos en curso, en un cierto estadio de la evolución histórica de la sociedad, para una comprensión científica que fundamente la intervención política de la clase trabajadora. Su objetivo es la superación del modo de producción capitalista, mediante la abolición del régimen de la propiedad privada de los medios de producción que se asienta sobre la explotación de la clase trabajadora. De modo que el marxismo defiende, como única forma de poder resolver los problemas de la humanidad, la expropiación del capital y el establecimiento de un régimen basado en la propiedad común de los medios de producción, que garantice efectivamente que las condiciones de vida del conjunto de la población sean acordes a las posibilidades que permite la cualificación del trabajo y su dominio de la naturaleza

De acuerdo a los considerandos anteriores y los fines del Instituto de Economía Marxista – IME, sus objetivos específicos son:

  • Desarrollar iniciativas de investigación para la comprensión del capitalismo y su trayectoria histórica y presente, mediante el conocimiento y aplicación del análisis marxista.
  • Organizar eventos para el estudio y debate colectivo de la economía capitalista mundial a la luz del marxismo, exclusivamente como Instituto o en colaboración con otras instancias académicas o políticas.
  • Publicar documentos relativos a la temática propia del Instituto, tanto de elaboración propia como otros de difusión libre, especialmente textos clásicos de autores marxistas.
  • Impulsar distintos tipos de actividades públicas, por el Instituto o en colaboración con otras organizaciones políticas y sindicales del movimiento obrero con las que se compartan determinados objetivos.